EL PERIODISMO EN CHIAPAS

Este es una bitácora exclusivamente para textos relacionados con la historia del periodismo en Chiapas. Para exhibir los aciertos y desaciertos, dislates, cosas chuscas y otros detalles que reflejen la idiosincrasia del periodismo chiapaneco. Tantas cosas y situaciones que veo y leo que no quiero que se pierdan en el tiempo, quiero documentarlo y compartirlo. Advierto que para nada pretendo congratularme u ofender a persona alguna.

jueves, enero 15, 2009

A dos años de Conrado de la Cruz Jiménez

SARELLY MARTINEZ MENDOZA 

El fin es el medio

CUARTO PODER

15 de enero del 2009


A Conrado de la Cruz Jiménez lo conocí cuando yo trabajaba en la televisión estatal en 1989.

 

Su carácter arrebatado y tempestuoso, no permitió que me acercara a él. Pensé que era un hombre malhumorado y descontento con la vida.

 

David Iturbe Vargas, quien era mi compañero de trabajo, me ofreció otra visión del personaje: "detrás de ese caparazón de descortés hay una persona realmente noble y solidaria, por eso colaboro en su periódico" A Conrado de la Cruz Jiménez lo conocí cuando yo trabajaba en la televisión estatal en 1989.

 

Su carácter arrebatado y tempestuoso, no permitió que me acercara a él. Pensé que era un hombre malhumorado y descontento con la vida.

 

David Iturbe Vargas, quien era mi compañero de trabajo, me ofreció otra visión del personaje: "detrás de ese caparazón de descortés hay una persona realmente noble y solidaria, por eso colaboro en su periódico", me dijo.

 

Había otros compañeros más que enviaban sus notas a Cuarto Poder. Recuerdo que en una ocasión uno de ellos envió al diario el texto que había escrito para televisión. Y aquella información fue publicada con el lenguaje técnico propio del medio televisivo, con "entra insert", "sale insert", "close up" y otras palabras más.

 

Conrado de la Cruz, en lugar de molestarse, dijo que eran "bajes" del oficio, y que un periódico sin errores no era periódico.

 

Don Joaquín Burelo, quien durante muchos años se desempeñó como jefe de relaciones públicas de Cuarto Poder, decía que muchos momentos agradables de su vida los había pasado con Conrado de la Cruz. Y es que ambos, aparte de compartir el chisme político, gustaban hablar de lecturas: desde artículos de periódicos, hasta revistas, libros, incluso anuncios publicitarios.

 

"La parte que menos te conoce la gente, le decía don Joaquín Burelo, es tu gusto por la lectura. Todo mundo habla de ti como un mal educado y descortés, pero pocos saben de tus virtudes".

 

Conrado de la Cruz Jiménez nació el 22 de abril de 1936 y fue hijo de Conrado de la Cruz Albores y de Flor de María Jiménez.

 

Su padre fue procurador de Asuntos Agrarios en Chiapas y se interesó por el periodismo. A mediados de los cuarenta colaboró en El Surco; en los cincuenta editó La Patria Chica y dirigió Dinámica Tuxtleca.

 

Su madre, se desempeñó durante varios años como empleada de la Biblioteca Pública del Estado, de modo que ni el periodismo ni las letras impresas le eran ajenas.

 

Conrado de la Cruz se involucró en varias actividades hasta que finalmente fue llevado al periodismo. A finales de 1976 le compró a Enrique Toledo el diario Cuarto Poder.

 

Para sacar adelante el proyecto se apoyó en Pepe Figueroa, un periodista capaz de armar dos periódicos diferentes en una sola noche. Después invitó a colaborar a Jorge Enrique Hernández Aguilar.

 

La impresión del rotativo se llevaba a cabo en prensa caliente y luego en offset, pero en 1994 con el surgimiento del movimiento zapatista el director de Cuarto Poder tomó una decisión que lo llevó a la consolidación del periódico al invertir en rotativas, en las oficinas, el diseño y contenido de la publicación.

 

De esta forma Cuarto Poder logró mejores condiciones que otros diarios locales, para cubrir el movimiento armado y para distribuir sus ejemplares en los diferentes municipios chiapanecos.

 

En ese tiempo, el periódico dejó de ser un producto artesanal para convertirse en un producto informativo, fruto de una organización editorial sólida y seria.

 

Por eso, cuando Pablo Salazar Mendiguchía bloqueó a Cuarto Poder y empujó a sus dueños al exilio, la publicación, con el respaldo que tenía como empresa de comunicación, pudo no sólo resistir sino fortalecerse y consolidarse.

 

Conrado de la Cruz inició su viaje, que no tendría retorno a su estado, en septiembre de 2003, apremiado por las circunstancias políticas. Estuvo en Francia, en Canadá y en Estados Unidos, países donde le ofrecieron asilo político.

 

Deseó regresar a Tuxtla para ampliar su casa editorial y dejar la estafeta a su hijo Conrado, pero la muerte se lo impidió. Falleció en el exilio el 15 de enero de 2007, hace exactamente dos años.

 

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