EL PERIODISMO EN CHIAPAS

Este es una bitácora exclusivamente para textos relacionados con la historia del periodismo en Chiapas. Para exhibir los aciertos y desaciertos, dislates, cosas chuscas y otros detalles que reflejen la idiosincrasia del periodismo chiapaneco. Tantas cosas y situaciones que veo y leo que no quiero que se pierdan en el tiempo, quiero documentarlo y compartirlo. Advierto que para nada pretendo congratularme u ofender a persona alguna.

lunes, noviembre 24, 2008

Don Lalo Moreno, in memoriam

La semana pasada, cuando casi pisaba los 80 años de vida, el veterano periodista chiapaneco Eduardo Moreno, mejor conocido en el gremio como don Lalo Moreno, dejó de existir. Para quienes conocimos su labor , s una tristeza saber de su partida, pues don Lalo a pesar de su edad hasta hace uno o dos años dejó de salir a reportear a las calles. Eso es digno de reconocérsele.
Una de las últimas entrevistas que se le hicieron sobre su trayectoria como reportero, se la hizo Edgar Hernández, quien dirigió la revista X Medios, en la cual colaboré con algunos textos.
Le pedí a Edgar me compartiera el texto y pues bueno, mil disculpas por subirlo tarde, ya que el material había llegado a otra cuenta de correo que casi no checo.
Pero nunca es tarde para que conozcan quien fue don Lalo Moreno.
Saludos
Entrevista con Eduardo Moreno Castellanos*
“Si volviera a nacer, volvería a ser periodista”


Edgar Hernández Ramírez
*Entrevista publicada en el periódico XMedios, Comunicación y Sociedad, No.1, julio 2003.

Si hay alguien en Chiapas que lleva el periodismo en las venas, ese es Eduardo Moreno Castellanos, Don Lalo o Tío Lalo, como le llaman sus colegas, discípulos y quienes lo conocen por su tenaz y ya prolongado trabajo informativo.
“Si volviera a nacer sería de nuevo periodista”, dice sin titubear quien abrazó la profesión en 1949 luego de desertar de la carrera de Leyes. El “gusanito” del periodismo creció en él de tanto acudir al Ateneo junto con otros hombres amantes de la literatura y la poesía, y de la necesidad de conocer su estado, su gente e impregnar esa realidad en el papel. Primero en su máquina de escribir y luego en el periódico.
Tuxtleco de nacimiento y viajero por naturaleza, cuenta que en su época de juventud había muchas opciones de preparación e interés por la cultura, que los maestros eran verdaderos guías de las nuevas generaciones, al contrario de lo que sucede ahora.
Don Lalo no evita la comparación y afirma que hoy los periodistas salen de las universidades “muy mal preparados, no tienen madurez emocional ni profesional”. Dice con desaliento que la mayoría de los nuevos comunicadores egresan con la “mentalidad del empleo en Palacio de Gobierno” o de las oficinas de Comunicación Social de las secretarías. Y quienes obtienen un empleo en los medios –agrega— suelen circunscribir su labor informativa a los actos oficiales.
“No hay un trabajo de reporteo serio, no se le da seguimiento a las notas, ni existe el hábito de hacer un plan de trabajo diario. Y si no lo hacen es porque no se los enseñaron”, señala contundente.

Se le pregunta a quien fuera coordinador de Comunicación en el gobierno de Juan Sabines, que si esa apatía o ese desinterés por buscar otros horizontes informativos no se debe a la propia autocensura que se imponen los medios por su dependencia económica de la publicidad oficial.
“No lo creo”, ataja de inmediato y explica: “No siempre tienes que escribir del gobierno, el trabajo también puede ser de carácter social, hablar de otros sectores sociales; en Chiapas hay mucho que contar todavía”. Considera que el seguimiento de la nota, el reporteo, es el botón de oro del periodismo porque “te lleva a descubrir nuevas vetas informativas y te enriquece como persona”. Por eso recomienda a quienes practican este oficio: “viajar, caminar, caminar, caminar”.
En la plática, Moreno relata anécdotas de su juventud que nunca desvincula de su actividad vital: el periodismo. Se le nota a leguas que vive y muere por el oficio. Su voz apagada no es obstáculo para hablar con vehemencia de sus experiencias como reportero, como editor, como funcionario y como persona. Habla con emoción de su largo transitar por los medios locales, nacionales e incluso internacionales que le han dejado muchas satisfacciones.
Quizá habla así porque el periodismo le ha permitido realizarse como profesionista y como ser humano, porque le ha permitido vivir bien sin llegar a ser rico, con un “trabajo limpio”, como dice. Tal vez por eso, a sus 74 años, no piensa todavía en el retiro y sí en seguir buscando cotidianamente la información fresca, el ángulo importante de la noticia.
Y por lo visto lo seguirá haciendo como los periodistas de la vieja guardia, en su antigua máquina de escribir, para no privarse de la fascinación que le provoca el golpeteo de las teclas sobre el papel. Hasta que quizá en las redacciones no haya capturistas que conviertan letras en caracteres.
—¿No dejará de hacer sus notas en máquina de escribir?
—No, nunca. Porque creo que escribir en computadora mata la creatividad, la sensibilidad del periodista; lo despoja de sus sentimientos y lo convierte en un robot. Y tampoco hago uso de internet porque pienso que contribuye a crear una realidad distorsionada, producto de la manipulación que puede producir el manejo masivo de una misma información.

—¿Le ha llegado el tiempo de jubilarse?
—No, tampoco. No se pueden retirar las ideas. Si uno se jubila pierde el privilegio de expresarse; hay que trabajar para conservar la lucidez, hay que seguir. Los que se retiran lo más seguro es que se vayan a dormir el tiempo que les queda. No está bien jubilarse. La vida sigue y hay que darle continuidad al trabajo realizado.
Así, con esa determinación ve Don Lalo su futuro, con una gran vitalidad.
Termina la plática y se despide con amabilidad. El tiempo lo apremia y sale a la calle presuroso, seguramente a buscar historias y la mejor nota.



Silueta

Eduardo Moreno Castellanos tiene 74 años y es periodista por vocación; quiso estudiar Leyes, pero le ganó la pasión del oficio periodístico. Se ha casado cuatro veces y tiene un hijo. Siempre ha sido aficionado al boliche, el frontón, el tenis y el baile. Entre sus proyectos inmediatos no está jubilarse del periodismo y seguirá escribiendo a máquina. Está peleado con la computadora porque cree que mata la sensibilidad.




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