EL PERIODISMO EN CHIAPAS

Este es una bitácora exclusivamente para textos relacionados con la historia del periodismo en Chiapas. Para exhibir los aciertos y desaciertos, dislates, cosas chuscas y otros detalles que reflejen la idiosincrasia del periodismo chiapaneco. Tantas cosas y situaciones que veo y leo que no quiero que se pierdan en el tiempo, quiero documentarlo y compartirlo. Advierto que para nada pretendo congratularme u ofender a persona alguna.

martes, mayo 20, 2008

"…pues disparen cabrones…"


"…pues disparen cabrones…"
Fátima Monterrosa, aguerrida y luchadora

Por Tony Guillén Albores
Madrid, España



Conozco a la chiapaneca Fátima Monterrosa desde 1994 y desde entonces hasta ahora siempre ha sido como es: aguerrida y luchadora.



Tiene algo muy importante que es la base del periodista: preguntar y preguntar y pregunta sin pena, temores ni complejos, algo que no debemos olvidar y que olvidamos porque creemos que nos señalarán de ignorante o algo prejuicioso o parecido.



Con el levantamiento armado del EZLN, en1994, muchos fuimos los periodistas que entramos a la selva, por diferentes caminos y veredas, a tiempo y destiempo, unos más experimentados que otros, y, como es normal, en la selva entran todos, anarquistas y reformistas, de derechas y de izquierdas, progres y de siglos pasados, literalmente de todo.



En el goteo de los días, formamos un equipo de trabajo que por ratos éramos menos y por ratos más, pero el compacto del grupo estaba integrado por Fátima Monterrosa, Daniel Pensamiento (a la postre su marido), Fredy Martín Pérez, Tony Guillén, Rafa Victorio, Juan Davich, Juan Balboa, alguno que otro reportero nacional y extranjero, etc, se me escapan los nombres y apellidos.



Hicimos de cuartel de información la casa de Fredy Martín Pérez, en Comitán, Chiapas.



Fátima figuraba mucho del grupo y de otros grupos porque siempre quería estar cerca de las noticias, de esas que pueden marcar la diferencia, no sólo de las declaraciones sino de los hechos, de eso que se ve y que la gente aprecia más que mil palabras y mil opiniones políticas.



Entre algunos anécdotas que recuerdo con ella y con otros compañeros de medios hay tres claves:


1.-Tras la "limpia" que hizo El Ejército Mexicano del primer Aguascalientes de Guadalupe Tepeyac, muy cerca del poblado-cuartel La Realidad, caminábamos muy campantes observando los restos destruidos del sitio. De pronto, a nuestras espaldas y a discreción se acercaba con rapidez un comando de vehículos artillados y a pie de la Sedena para pedirnos nos retiráramos del lugar, sin dejarnos de apuntar. La primera en reaccionar fue justamente Fátima que dijo: "….pues disparen cabrones…."

2.-Muy cerca de Comitán, la Sedena instaló un campamento. Algunos periodistas observamos un día, desde una distancia prudente, que iban y venían extrañas bolsas negras de plástico, sujetadas de ambos lados por soldados extremadamente fornidos y, la mayoría, de color negro, eran como Marines americanos, muy distintos a nuestros soldados más menuditos y morenos. Fátima fue una de las primeras en dar a conocer ese hecho contundente, lo que provocó que desapareciera dicho cuartel y dicha actividad, lo que obviamente no quería decir que dejara de pasar lo que estaba pasando, es decir, que estaban trasladando cuerpos sin vida de soldados caídos o de zapatistas abatidos o civiles muertos en el fuego cruzado.

3.-Un día de febrero de 1995, en el hospital de Comitán, vimos entrar a un grupo de soldados de la Sedena con lagrimas contenidas y otros sí llorando. Los militares no sabían que les mirábamos, quizás por que estaban un poco cegados por el coraje y el miedo de estar perdiendo a un compañero de tropa, que presumíamos era un Coronel de apellido Monterola o Manterola, quien habría sufrido un disparo del calibre 22 en la parte frontal de la cabeza, presuntamente por un miliciano zapatista, en la comunidad Nuevo Momón. Fátima dio a conocer la noticia con una gran capacidad descriptiva, observando el hecho desde una cabina telefónica, muy cerca del hospital, quizás a escasos diez metros o menos.



De aquellos días a la fecha, Fátima es ahora o desde hace mucho, una gran periodista, de una madurez intelectual perfectamente curtida de varias fuentes de información y diversos estados del país y de América Latina.



En la Ciudad de México, como en otras grandes ciudades del mundo, Fátima se ha abierto camino en medio de los típicos muros históricos de los nombres y apellidos de periodistas y de empresas de comunicación que parece que por algún impuesto o pacto con Dios se merecen todo.



Me atrevo a decir que Fátima ha sido y es de las que le ofrece al medio para que el que trabaja ese plus extra: que hace al medio no que el medio la hace.



Otra cosa que demuestra Fátima es que entre más lejos del poder, más libre se puede ser y más se puede preguntar.



Orgulloso estoy de estar entre sus amistades pero más orgullosos deben sentirse Emiliano y Sebastián, sus hijos y, claro, su marido Daniel Pensamiento, otro gran periodista.



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