EL PERIODISMO EN CHIAPAS

Este es una bitácora exclusivamente para textos relacionados con la historia del periodismo en Chiapas. Para exhibir los aciertos y desaciertos, dislates, cosas chuscas y otros detalles que reflejen la idiosincrasia del periodismo chiapaneco. Tantas cosas y situaciones que veo y leo que no quiero que se pierdan en el tiempo, quiero documentarlo y compartirlo. Advierto que para nada pretendo congratularme u ofender a persona alguna.

martes, diciembre 25, 2007

Pepe López Arévalo: de la guerrilla al periodismo


Este es un texto la autoría del doctor Sarelly Martínez Mendoza, publicado en tres partes en la penúltima semana del mes de diciembre del 2007 en el diario NOTICIAS, VOZ E IMAGEN DE CHIAPAS.


Gracias a su director José Juan Balcázar por autorizarnos su publicación en nuestro blog de El periodismo en Chiapas.


Pepe López Arévalo: de la guerrilla al periodismo
Línea Sur, ejemplo de Libertad Absoluta


El fin es el medio


Sarelly Martínez


No recuerdo por qué razón Pepe López Arévalo no pudo asistir a una entrevista con don Toño Pariente, entonces candidato a diputado federal por el PRI en las elecciones de 1995.
Yo tomé su lugar y me dirigí a Exclusivas en Tuxtla, donde despachaba el político y empresario chiapaneco.
Después de esperar unos minutos, una mujer menudita y alegre entró presurosa para decirme: “Pepe, ahorita viene mi papá para la entrevista y debido a que voy de prisa no puedo platicar contigo, pero quiero decirte que me encanta tu columna, tu buen humor y las fotografías que publicas”.
Lanzadas así de improviso los elogios que no me pertenecían y viendo ya en la puerta a don Toño, no me quedó otra que aceptar el cumplido.
No sé en qué circunstancias Chachita conoció al verdadero José López Arévalo, pero esa confusión me indicó que el desparpajo de las columnas Sobrelíneas y Línea Sur había ayudado a crear una comunidad de lectores fieles y apasionados como su autor.
Por mi parte, me encontré con Pepe en Yajalón en 1991, cuando visité su municipio para entrevistar al presidente municipal Hans Setzer Marseille.
No volvimos a vernos hasta que, tres años después, con José Juan Balcázar, me visitó para invitarme a formar parte de un proyecto periodístico que rápidamente bautizamos como Este Sur, y al que más tarde se sumó Héctor Cortés Mandujano y Enrique Alfaro.
A lo largo de más de cinco años, José Juan, Pepe, Héctor y quien esto escribe, redactamos y diseñamos una publicación abierta a las inquietudes de poetas, narradores, líderes sociales y de muchos cómplices que encontraban en sus páginas una mirada alternativa al mundo chiapaneco.
Ahí, entre plática y teclazo, fui conociendo a Pepe; sus andanzas como líder estudiantil de la ETA de Yajalón; su estancia en Villahermosa y su viaje a la ciudad de México como becario del Instituto de Capacitación Política (ICAP) del PRI, sus años en la clandestinidad y sus inicios en el periodismo de provincia con Nueva Generación.
Desde joven, desde que fue becario del PRI, Pepe supo que su historia no estaría vinculada al tricolor, sino a un partido modesto, pero rebelde y revolucionario, el Mexicano de los Trabajadores (PMT), que comandaban los líderes históricos de la izquierda, Heberto Castillo y Demetrio Vallejo.
Se afilió inmediatamente después de concluir su curso en el ICAP, y pronto empezó a participar en las manifestaciones de protesta del partido y como doblador del periódico Insurgencia Popular, órgano de difusión del PMT.
Sus simpatías por la izquierda venían desde su adolescencia, cuando descubrió Los Agachados y Los Supermachos, de Rius, que lo llevaron después a la revista proguerrillera ¿Por qué?, de Mario Renato Menéndez, y a textos del marxismo más ortodoxo e infumable.
Con esos antecedentes era normal su ingreso a la Preparatoria Popular de Tacuba, una escuela donde se gestaban permanentemente marchas, mítines y paros contra el gobierno y el capitalismo salvaje.
A Pepe, quien vivía entonces en una casa de estudiantes, se le presentaron motivos para realizar manifestaciones, sobre todo cuando el gobierno decidió cerrar estas casas, y ofrecer, en contrapartida, becas a los estudiantes de provincia para que ellos mismos pagaran su alojamiento y comida.
Las movilizaciones de los estudiantes obligó a la Secretaría de Educación Pública a mantener las instalaciones, pero el gobierno persiguió, golpeó y encarceló a los líderes estudiantiles.
José López Arévalo fue uno de ellos. Lo detuvieron y le fincaron delitos de motín, asonada y actos de piromanía.
Estuvo un año y dos meses en el Reclusorio Norte, un lugar que rebosaba en aquel tiempo de líderes sociales y auténticos guerrilleros. A ellos se acercó y aprendió el valor de la disciplina, del estudio y del trabajo solidario. Más que guerrilleros, aquellos hombres del Reclusorio Norte parecían apóstoles predicadores de un paraíso terrenal que debía emerger de las cenizas de la sociedad capitalista. El tiempo les mostró que aquellos deseos estaban más emparentados con la religión que con el devenir de los hombres, hechos en su mayoría de miserias y veleidades.

***

En un intento de detener los movimientos estudiantiles de los setenta, el gobierno encarceló a los líderes, entre ellos a José López Arévalo, quien fue confinado en el Reclusorio Norte, y no en las mazmorras de Lecumberri, donde estuvieron los primeros presos políticos de esa década, entre otros, el amigo de los de Este Sur, Saúl López de la Torre.
El Reclusorio Norte fue pensado para dejar atrás la historia negra de Lecumberri y fue contemplado como un modelo de rehabilitación de los internos. Ofreció cursos técnicos diversos, electricidad, mecánica, primaria, secundaria, preparatoria, incluso, licenciaturas.
Pepe se inscribió en antropología, donde cursó asignaturas de materialismo dialéctico, economía política y materialismo histórico. Varios de sus compañeros pertenecían a la Liga Comunista 23 de Septiembre y a la Unión del Pueblo, las organizaciones más radicales de los setenta; la última evolucionó, incluso, a lo que ahora es el EPR.
Dos días después de que lo habían sentenciado a ocho años de prisión, una amnistía gubernamental lo puso de nuevo en la calle, en las manifestaciones y en la organización de la Casa del Estudiante de Provincia.
Los vínculos establecidos en la cárcel y el hostigamiento continuo de las autoridades lo empujaron a vivir en la clandestinidad, bajo el amparo de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Nuevamente tomó un curso intensivo de acciones subversivas: preparación de bombas, adiestramiento militar, espionaje, incluso asalto.
La caída y desaparición de varios de sus compañeros, más el nacimiento de su primera hija, le hicieron volver los ojos a Yajalón. “¿Por qué no regresar a la tranquilidad del pueblo?”, se preguntó, y pronto lo expuso a sus compañeros de resistencia, de quienes recibió la aprobación, pero también la encomienda de continuar difundiendo el mensaje revolucionario.
Aquí debería terminar la biografía contestataria de Pepe, para recuperar su otra biografía, la amorosa, hecha igual, de intensidades, compromisos y rupturas. Pero lo cierto es que hasta aquí tuvo apenas escaramuzas: una adolescente del pueblo y una muchacha del D.F., con quien, después de 15 días de conocerla, se casó.
En Yajalón, en lugar de dedicarse al cultivo del café o a la captura de satz, esos gusanos crujientes, con sabor a sesos, se inventó un nuevo destino: la de escritor y director de periódico.
En esa empresa, que medio pueblo creía llevada al fracaso, reunió a varios aprendices de relatores de la cotidianidad que escribieron, como pudieron, sobre el café, la marimba, los indios y el movimiento magisterial.
El nombre del periódico mostraba la trayectoria de Pepe: Nueva Generación, que en mucho recordaba a Regeneración de los hermanos anarquistas Flores Magón.
Los mil ejemplares de Nueva Generación, que se habían impreso en las oficinas de El Tiempo de Amado Avendaño, esperaban los editores que se acabara en las primeras horas, y que causara un revuelo enorme en Yajalón. Pero no fue así: de esa edición sólo se vendieron 50, y las subsecuentes tuvieron una suerte parecida.
Los codirectores, porque todos eran codirectores para impedir el protagonismo de un director, comenzaron a abandonar el naciente proyecto periodístico, menos Pepe, quien decidió seguir con la publicación.
A la vuelta de unas ediciones más, la publicación fue reclamando sus lectores, patrocinadores y anunciantes.
Después de Yajalón, el semanario amplió su circulación a Chilón, a Ocosingo y, finalmente, a Palenque. Estos municipios, tradicionalmente descuidados por los periódicos tuxtlecos, encontraron en Nueva Generación un medio articulador para sus organizaciones sociales, campesinas y para sus propios ayuntamientos.

***

En los casi diez años de existencia de Nueva Generación, José López Arévalo fue multiplicando sus contactos, tanto políticos como periodísticos. Conoció y se afilió a la Unión de Periodistas Democráticos, la famosa UPD, que exigió por vez primera salario mínimo profesional para los informadores, actualización y dignificación del gremio periodístico nacional.
Sus viajes eran también más largos: San Cristóbal, Tuxtla Gutiérrez, Villahermosa y la ciudad de México, y su presencia en la UPD fue cada vez más importante, a grado tal que fue nombrado presidente de la delegación Chiapas y de la región Sureste del país.
El asesinato de Roberto Mancilla Herrera en 1993 exigió la participación de Pepe en el desahogo de pruebas ministeriales en Tuxtla. Su encargo en la UPD y su amistad con el periodista desaparecido lo obligaron a formar parte de la comisión que se integró para investigar esa muerte.
Como otros muchos asesinatos, el de Roberto Mancilla no se esclareció plenamente, pero permitió a Pepe asentarse en la capital, crear y consolidar nuevas amistades.
Seis meses antes del estallido zapatista, José López Arévalo, Leticia Hernández Montoya, Enrique Alfaro y Arcadio Acevedo dieron vida a Expreso Chiapas, un diario que intentaba constituirse en una cooperativa de trabajadores de la información.
En aquellos días inciertos del 94, el recién inaugurado diario, dirigido por Pepe, abrió sus páginas a los comunicados zapatistas. Fue un hecho insólito en la prensa local, porque representó, de alguna manera, un desafío a los poderes del estado, pero una vía de información novedosa para los lectores chiapanecos.
El proyecto para que Expreso se convirtiera en cooperativa fracasó, por lo que el director, junto con varios de los colaboradores, tuvieron que abandonar el periódico.
En esas circunstancias nos reencontramos. Y pensamos en un nuevo foro periodístico. Juntamos un poco de dinero, compramos dos computadoras, una impresora, rentamos una oficina y empezamos a escribir desde un espacio propio: el semanario Este Sur.
Obviamente el más entusiasta de Este Sur era Pepe, y en él dejamos toda la responsabilidad, desde la edición hasta la dirección.
Su columna, Sobrelíneas, que venía recogiendo lectores, pasó al Cuarto Poder, transfigurada en Línea Sur, después saltó para La Voz del Sureste, y ahora ocupa su plana cotidiana en Noticias, Voz e Imagen de Chiapas.
Ahí Pepe, como dueño de su espacio, que no lo franquicia nadie, ha escrito de gobernadores, diputados y políticos de especies diversas; de películas disfrutadas, de libros, de conferencias, de cantinas, de amigos y, por supuesto, de musas.
Su columna es una bitácora de marinero en tierra, que escribe para dejar constancia de su travesía, de las tempestades, de los puertos, de los buenos vientos, de las rupturas de velas y de los encuentros con sirenas de altamar.
A Pepe se le agradece el encuentro con animales mitológicos, con Circes, con Didos, pero también el redescubrimiento de lo cercano, de lo nuestro, de los amigos, de las esperanzas convertidas en Paulita, Deeyra, Haydée y Mayra.
¿Por qué buscamos Línea Sur? Sobre todo porque en los textos encontramos vida, ironía, humor, irreverencia y sinceridad.
Línea Sur es un ejemplo de Libertad Absoluta. Libertad del autor para abordar los temas de su interés y de los lectores; libertad para adoptar el tono adecuado: polémico, informal, humorístico; y libertad en su estructura y en sus formas expresivas, que transita con frecuencia de la narración a la argumentación, pasando por la descripción, con sus diferentes combinaciones.
Como columnista, Pepe tiene el poder de crear actualidad. Una musa, una observación, un nombre del pasado, una denuncia, las convierte en tema de conversación. Ahí está su poder. Un poder que no busca ser poder, sino conciencia del poder.
Por sus ocurrencias, su lenguaje llano, sus temas, José López Arévalo está emparentado con Gervasio Grajales. Ambos encontraron en el periodismo la posibilidad de convertir sus obsesiones (amor, musas, política y bohemia) en el Tema que a todos sus lectores nos interesa y nos distrae.
En el libro Sobre la línea, que reúne los mejores textos de Sobrelíneas y Línea Sur, representa la posibilidad de recrearnos nuevamente con la bitácora solidaria de un marinero, vigía del horizonte, pero catador también de vida y de puertos.

jueves, diciembre 13, 2007

La radio y tv de Chiapas, en crisis

Tarugadas.
Hugo Villar Pinto
Publicado en Tinta Fresca
http://www.tintafresca.com.mx/



Los medios de comunicación se unieron para recolectar víveres y dinero para los damnificados de la zona norte del estado. Que los resultados no fueron buenos, eso es digno de otro análisis.
La piedra en el arroz, que no puede faltar, surgió del Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión. Justo a las 18:16 horas, después de una larga jornada de transmisión que inició a las nueve de la mañana, Fernando del Rincón se quejaba al aire de lo que llamo “falta de sensibilidad del gobernador”, el conductor de Univisión manifestó su inconformidad por no ser mencionado entre los comunicadores relevantes que apoyaron en el evento.
En una absurda y burda manipulación estilo setentero los estrategas de la radio y televisión de gobierno bajaron paulatinamente el volumen de audio de la transmisión, como el conductor insistía; inmediatamente se fueron a un largísimo bloque de promocionales. Mientras tanto en la plaza el conductor de Primer Impacto observó en el monitor que estaban fuera del aire y así lo manifestó ante las personas que estaban en el Parque de la Marimba, volvieron a las 18:35, veintiún minutos después, cuando ya Fernando había cambiado el tema.
Es una tarugada tratar de coartar la expresión de esa forma cuando a la par se anuncia que los medios de comunicación de servicio público están viviendo una época de apertura, ¿o acaso solamente pueden tocarse “con libertad” temas del pasado reciente? ¿Qué hubiera pasado si los que mandan en las estaciones de gobierno hubieran permitido que el conductor expresara su malestar? NADA, el público hubiera asumido que la omisión del gobernador fue un asunto de distracción o que no tenía la información completa de los comunicadores que participaron y habrían puesto en su justa dimensión el carácter egocéntrico del conductor. NO MAS, sin embargo lo único que lograron fue evidenciar que el Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión continua en la obtusa idea de protección de la imagen del gobernador en turno, no se han permitido analizar la posibilidad de convertirse en un verdadero catalizador de las inquietudes de la sociedad, hoy menciono el caso de este conductor, pero permanentemente se intenta dibujar a través de la televisión y la radio gubernamental (que no pública) escenarios en los que Chiapas y los chiapanecos vivimos la vida en rosa, no pasa nada, ¡no hay tos!.
Falta entender la posibilidad de convertirse en monitores del pulso social, es necesario permitir que esa infraestructura de comunicación, que se sostiene con nuestros impuestos, cambie la perspectiva y surjan realmente para lo que fueron hechos. La radio y televisión gubernamental debe trascender para convertirse en un sistema de comunicación al servicio de la comunidad. Radio y Televisión verdaderamente pública, guardianes de los intereses, inquietudes y necesidades de la sociedad.
Es necesario que los que toman las decisiones tengan altura de miras, experiencia, preparación profesional y proyecto a largo plazo, que dejen la lisonja y la fácil palabrería para forjar un escenario más digno.
Porque además en el colmo de las ocurrencias un evento que debió permanecer como iniciativa de todos los medios locales fue arrebatado por unos cuantos que quisieron saludar con sombrero ajeno. Hasta el nombre le cambiaron, la idea original de los comunicadores chiapanecos era “el fin justifica los medios” y para ponerlo a tono le endosaron “Chiapas Unido”.
Se que el caso de Fernando Rincón parece nimio y que alberga la necesidad de reconocimiento al ego del conductor, sin embargo en el entramado profundo subyace una problemática y una actitud mediocre que no permite al Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión trascender en su actividad comunicativa. Es un guetto que sólo responde a intereses de un pequeño sector de la sociedad.
Es cuanto.
Comentarios: havp36@hotmail.com

domingo, diciembre 02, 2007

¡Adiós Maestro Luzán!

¡Adiós Maestro Luzán!

EN CONCRETO
Víctor M. Cruz Roque.
vmcruzroque@hotmail.com
DIARIO DE CHIAPAS
30 de noviembre del 2007.



En Concreto, nunca, por respeto a usted fino lector, nos referimos en primera persona. El “yoismo” es deplorable en redacción periodística, pero hoy humildemente solicito licencia para personalizar la referencia al gran periodista y sobre todo gran ser humano que fue el MAESTRO, así, con mayúsculas, Antelmo Esquinca Gonzáles, nuestro Luzan, que por esas cosas de la vida partió rumbo al arcano el día de ayer.

Tuve el privilegio de conocer a Luzan hace casi 25 años en la que fue casa de Romeo C. Zebadúa hace casi 24 años. “El palomar”, se llamaba el espacio creado en la azotea de esa vivienda ubicada casi en la esquina de la 5ª oriente y segunda sur, y donde solían reunirse ocasionalmente para tomar el santo trago, entre otros, Don Gervasio Grajales, Fausto Cruz Padrón, Don Armando Duvalier, y por supuesto Antelmo Esquinca, nuestro personaje.

Bohemios todos, anécdotas vivientes, cotidianos guías y expertos para el relato de vivencias, provocaban un ambiente de camaradería extrema donde el tiempo solía perderse con igual ritmo a como lo hace la percepción conciente bajo los influjos del sagrado alcohol.

Desde ese tiempo proviene la deferencia, por la afabilidad y el respeto, la charla amena, el aprendizaje permanente, el compartir platicas entre humos de café y cigarros.

¡Ni una palabra más!, era la frase recurrente que a manera de saludo mutuo soltábamos y que se refería a una expresión escrita en una columna sobre cierto problema político que había en mi terruño de infancia, la siempre calurosa Arriaga.

Fue un ir y venir de pláticas, ya en el Café Avenida, o en “los paraguas”, siempre con el consejo puntual de la experiencia, sabía asimilar que eran palabras de un amigo, así, sin adjetivos ni calificativos, solo amigo.

Cuando un numeroso grupo de tundemáquinas, en 1999 decidimos constituir la Asociación de Periodistas “Dr. Belisario Domínguez”, por unanimidad designamos a Luzan como miembro del Consejo Consultivo y posteriormente en un avento organizado por nosotros mismos, le hicimos entrega de un pergamino a manera de homenaje, recibiéndolo también otros como el famosísimo “Gato Villareal” de Tapachula, Rodolfo García del Pino, Augusto Solórzano, Fernando H. Arévalo e Isidro Aguilar López.

Ese fue un acto de justicia porque todos ellos son cimientos, pilares y edificios completos de la historia del periodismo en Chiapas.

Claro, sin que pasen desapercibidos don Carlos Ruiseñor, Don Mariano Penagos Tovar y otros de las generaciones primarias que se forjaron y formaron en el plomo de la “prensa caliente” de los años 50s hasta el correr de nuestros días.



Adiós Maestro.



En eso quedamos y Están como quieren, eran sus frases para cerrar sus escritos y hoy son recordadas por todos en estas horas que nos obligan a hablar de él.

Un 3 de enero de 1930, en el Ejido Quintana Roo municipio de Jiquilas, nació Antelmo Esquinca Gonzáles. Hijo de José Gabriel Esquinca y Gabriela Gonzáles.

Profesor de Educación Primaria primero y posteriormente se inscribió en una escuela de derecho y de ahí se pasó a la Escuela de Periodismo Carlos Septien, donde por problemas económicos no pudo terminar la carrera.

Fue alumno del poeta y periodista Jesús Agripino Gutiérrez (ese otro gran chiapaneco que por desgracia se le mantiene ingratamente en el olvido) y de otros que hicieron florecer el Ateneo del ICACH en aquellos sagrados tiempos de mitad del siglo pasado.

Luzan fue por decirlo de alguna manera, practicante de todos los géneros periodísticos pero brilló más en la columna política, de ahí nacieron las clásicas ¡Están..como quieren! y ¡Así andamos!, que siempre terminaba con su recordado …¡En eso quedamos..!.

De un texto publicado recientemente por el Dr. Sarelly Martínez, retomamos el siguiente párrafo que hace referencia a una expresión de Luzán cuando recibió un premio a su trabajo peruidístico.

Dice Sarelly que Luzán manifestó en ese entonces:

“El periodismo como el magisterio seguirá siendo para mí, un cargo público y una trinchera de lucha donde el objetivo superior seguirá siendo Chiapas a quien amo entrañablemente.

“El reconocimiento a nuestra labor periodística no llega antes ni después. Llega justo en el momento cuando nuestro estado, ese gran mosaico sociopolítico, reclama de conductas que transporten ideas congruentes para el bienestar de los que todo lo dan y menos tienen”.

¡En eso quedamos…!



Ha muerto Luzán, el amigo y Maestro de siempre, por eso hoy viene a nuestra memoria aquella Elegía de Octavio Paz.

“Has muerto camarada/ En el Ardiente amanecer del mundo/ y brotan de tu muerte horrendamente vivos, tu mirada, tu traje azul de héroe, tu rostro sorprendido entre la pólvora, desnudamente quietas”.

“Has muerto, parada esta tu voz; tu sangre en tierra; has muerto, no lo olvides”.

“¡ Y Alzándote, llorándote, nombrándote, dando voz a tu cuerpo desgarrado, sangre a tus venas rotas, labios y libertas a tu silencio, crecen dentro de mi, me lloran y me nombra, furiosamente me hablan otros cuerpos y venas, otros abandonados ojos campesinos, otros negros y anónimos silencios!”.

“Llevas en el rostro y en el pecho, tras el gesto implacable de la boca, un claro sonreir, un alba pura”.

“Ahora habrás de tocar con tus manos las manos de otros muertos, las manos camaradas que soñabas, ¡has muerto entre los tuyos, por los tuyos!.

Descanse en paz, LUZAN.
DIARIO NOTICIAS
Sábado 01 de diciembre del 2007
Línea Sur
José López Arévalo /


QEPD


Ayer a las 8 de la mañana dejó de existir el decano periodista Antelmo Esquinca, Luzán, quien fuera autor de la columna 'En eso quedamos...' que se hizo toda una frase entre los periodistas de su tiempo.

Luzán fue profesor en instrucción primaria, alcalde de su municipio, Jiquipililas, y tiene un par de años que dejó de escribir.

El doctor en comunicación Sarelly Martínez escribió apenas este 22 de noviembre:

“Alguien me dijo que el maestro Antelmo Esquinca González había escogido su seudónimo apuntando al mapamundi con los ojos cerrados. De ahí, de la punta de su dedo, había aparecido una población perdida de nombre Luzán. Otro más me comentó que Luzán era la combinación de Lucifer y Ángel.

Ninguno de los dos tenía razón, porque en realidad el seudónimo que ha utilizado el maestro Esquinca González durante toda su vida activa de periodista, surgió cuando todavía estaba en sexto año de primaria, después de haber leído un libro de Ignacio Luzán, un poeta y teórico español ya casi olvidado.”

Pluma y pasión de toda una época del periodismo en Chiapas.
A su propia biografía suma que el actual presidente estatal del PRD en Chiapas, Carlos Esquinca Cancino, es su hijo.

A Carlos, el amigo, mis más sinceras condolencias por la pérdida de su padre.

Shhhiiii… Qué no se haga ruido, qué paren las máquinas…

Silencio, jabalines…

¡estamos de luto!

Carlos César Núñez Martínez
Portafolio Político
Cuarto Poder

En eso quedamos

"Entonces... en eso quedamos", no solamente era una columna o un cierre de la misma, sino que también era el usual saludo que utilizaba el maestro Antelmo Esquinca González "Luzán", cuando se despedía de sus amigos o alumnos del medio periodístico; "Mi café", ubicado en la primera poniente norte de la Capital, era su usual lugar para saborear el riquísimo café chiapaneco que ahí se sirve.

Fueron varias las ocasiones en las que lo acompañé para escuchar su amena charla, sus consejos y sus críticas que siempre me hizo cuando algo de mis escritos no le parecían, soy privilegiado porque gocé de su estimación; incluso, aparezco en uno de sus libros.

El pasado jueves, el maestro "Luzán" se nos adelantó en el camino que todos llevamos, una vieja dolencia acabó con su vida; fue un extraordinario periodista, amigo y maestro.

Parado frente a su féretro, me vino a la memoria la figura de varios decanos del periodismo chiapanecos a los que conocí, traté y que se nos han adelantado en el camino como: Ché Luis Cancino, Carlos Ruiseñor Esquinca, Don Pancho Núñez y ahora "Luzán".

Pero también el recuerdo de Don Conrado de la Cruz Jiménez y Jorge Toledo Coutiño, quienes formaron parte muy importante del periodismo chiapaneco; aunque eran más jóvenes, pero varios de los viejos periodistas pasaron por las páginas de éste Cuarto Poder y el Diario de Chiapas.

A pesar de la amistad con el maestro "Luzán", no tenía el gusto de conocer a Luzana y a Gabriel, únicamente a mi tocayo Carlos Esquinca Cancino, les deseo a los tres una pronta resignación ante la lamentable pérdida del profesor y periodista Antelmo Esquinca González.


Angel Mario Ksheratto
Adiós al Maestro
CUARTO PODER

Don Antelmo "Luzán" Esquinca fue, sin duda, un hombre que dedicó su vida entera al periodismo; una de las últimas veces que tuve ocasión de saludarlo en su cafetería favorita, ahí sobre la primera Poniente norte, cerca de la Avenida Central, estaba apurado. "Tengo qué hacer mi columna y no tengo muchos datos", me dijo mientras escribía sobre una servilleta.

Ya se le veía enfermo, pero no por eso dejó la pluma de lado. El "Maestro Luzán", como siempre le dije, siempre tuvo una respuesta certera a cada asunto que tenía en sus manos. "No aprendí otra cosa que no sea escribir, así que a mis mañas de periodista me atengo", me respondió cuando le sugerí que descansara un poco de escribir.
Y agregó contundente: "el que nació periodista, periodista se muere; no tenemos alternativa". Así era él. Así se murió. Con sus ideas y del brazo de una profesión en la que dejó huella, escuela y un anecdotario rico en buen humor y enseñanzas. Muchos aprendimos de él; de eso ni duda hay. El "Maestro Luzán" escribió para todos los periódicos de Tuxtla Gutiérrez. Y en todos dejó constancia de su trabajo. Descanse en paz.



Desde Julio/2006