¡Adiós Maestro Luzán!
¡Adiós Maestro Luzán!
EN CONCRETO
Víctor M. Cruz Roque.
vmcruzroque@hotmail.com
DIARIO DE CHIAPAS
30 de noviembre del 2007.
En Concreto, nunca, por respeto a usted fino lector, nos referimos en primera persona. El “yoismo” es deplorable en redacción periodística, pero hoy humildemente solicito licencia para personalizar la referencia al gran periodista y sobre todo gran ser humano que fue el MAESTRO, así, con mayúsculas, Antelmo Esquinca Gonzáles, nuestro Luzan, que por esas cosas de la vida partió rumbo al arcano el día de ayer.
Tuve el privilegio de conocer a Luzan hace casi 25 años en la que fue casa de Romeo C. Zebadúa hace casi 24 años. “El palomar”, se llamaba el espacio creado en la azotea de esa vivienda ubicada casi en la esquina de la 5ª oriente y segunda sur, y donde solían reunirse ocasionalmente para tomar el santo trago, entre otros, Don Gervasio Grajales, Fausto Cruz Padrón, Don Armando Duvalier, y por supuesto Antelmo Esquinca, nuestro personaje.
Bohemios todos, anécdotas vivientes, cotidianos guías y expertos para el relato de vivencias, provocaban un ambiente de camaradería extrema donde el tiempo solía perderse con igual ritmo a como lo hace la percepción conciente bajo los influjos del sagrado alcohol.
Desde ese tiempo proviene la deferencia, por la afabilidad y el respeto, la charla amena, el aprendizaje permanente, el compartir platicas entre humos de café y cigarros.
¡Ni una palabra más!, era la frase recurrente que a manera de saludo mutuo soltábamos y que se refería a una expresión escrita en una columna sobre cierto problema político que había en mi terruño de infancia, la siempre calurosa Arriaga.
Fue un ir y venir de pláticas, ya en el Café Avenida, o en “los paraguas”, siempre con el consejo puntual de la experiencia, sabía asimilar que eran palabras de un amigo, así, sin adjetivos ni calificativos, solo amigo.
Cuando un numeroso grupo de tundemáquinas, en 1999 decidimos constituir la Asociación de Periodistas “Dr. Belisario Domínguez”, por unanimidad designamos a Luzan como miembro del Consejo Consultivo y posteriormente en un avento organizado por nosotros mismos, le hicimos entrega de un pergamino a manera de homenaje, recibiéndolo también otros como el famosísimo “Gato Villareal” de Tapachula, Rodolfo García del Pino, Augusto Solórzano, Fernando H. Arévalo e Isidro Aguilar López.
Ese fue un acto de justicia porque todos ellos son cimientos, pilares y edificios completos de la historia del periodismo en Chiapas.
Claro, sin que pasen desapercibidos don Carlos Ruiseñor, Don Mariano Penagos Tovar y otros de las generaciones primarias que se forjaron y formaron en el plomo de la “prensa caliente” de los años 50s hasta el correr de nuestros días.
Adiós Maestro.
En eso quedamos y Están como quieren, eran sus frases para cerrar sus escritos y hoy son recordadas por todos en estas horas que nos obligan a hablar de él.
Un 3 de enero de 1930, en el Ejido Quintana Roo municipio de Jiquilas, nació Antelmo Esquinca Gonzáles. Hijo de José Gabriel Esquinca y Gabriela Gonzáles.
Profesor de Educación Primaria primero y posteriormente se inscribió en una escuela de derecho y de ahí se pasó a la Escuela de Periodismo Carlos Septien, donde por problemas económicos no pudo terminar la carrera.
Fue alumno del poeta y periodista Jesús Agripino Gutiérrez (ese otro gran chiapaneco que por desgracia se le mantiene ingratamente en el olvido) y de otros que hicieron florecer el Ateneo del ICACH en aquellos sagrados tiempos de mitad del siglo pasado.
Luzan fue por decirlo de alguna manera, practicante de todos los géneros periodísticos pero brilló más en la columna política, de ahí nacieron las clásicas ¡Están..como quieren! y ¡Así andamos!, que siempre terminaba con su recordado …¡En eso quedamos..!.
De un texto publicado recientemente por el Dr. Sarelly Martínez, retomamos el siguiente párrafo que hace referencia a una expresión de Luzán cuando recibió un premio a su trabajo peruidístico.
Dice Sarelly que Luzán manifestó en ese entonces:
“El periodismo como el magisterio seguirá siendo para mí, un cargo público y una trinchera de lucha donde el objetivo superior seguirá siendo Chiapas a quien amo entrañablemente.
“El reconocimiento a nuestra labor periodística no llega antes ni después. Llega justo en el momento cuando nuestro estado, ese gran mosaico sociopolítico, reclama de conductas que transporten ideas congruentes para el bienestar de los que todo lo dan y menos tienen”.
¡En eso quedamos…!
Ha muerto Luzán, el amigo y Maestro de siempre, por eso hoy viene a nuestra memoria aquella Elegía de Octavio Paz.
“Has muerto camarada/ En el Ardiente amanecer del mundo/ y brotan de tu muerte horrendamente vivos, tu mirada, tu traje azul de héroe, tu rostro sorprendido entre la pólvora, desnudamente quietas”.
“Has muerto, parada esta tu voz; tu sangre en tierra; has muerto, no lo olvides”.
“¡ Y Alzándote, llorándote, nombrándote, dando voz a tu cuerpo desgarrado, sangre a tus venas rotas, labios y libertas a tu silencio, crecen dentro de mi, me lloran y me nombra, furiosamente me hablan otros cuerpos y venas, otros abandonados ojos campesinos, otros negros y anónimos silencios!”.
“Llevas en el rostro y en el pecho, tras el gesto implacable de la boca, un claro sonreir, un alba pura”.
“Ahora habrás de tocar con tus manos las manos de otros muertos, las manos camaradas que soñabas, ¡has muerto entre los tuyos, por los tuyos!.
Descanse en paz, LUZAN.
DIARIO NOTICIAS
Sábado 01 de diciembre del 2007
Línea Sur
José López Arévalo /
QEPD
Ayer a las 8 de la mañana dejó de existir el decano periodista Antelmo Esquinca, Luzán, quien fuera autor de la columna 'En eso quedamos...' que se hizo toda una frase entre los periodistas de su tiempo.
Luzán fue profesor en instrucción primaria, alcalde de su municipio, Jiquipililas, y tiene un par de años que dejó de escribir.
El doctor en comunicación Sarelly Martínez escribió apenas este 22 de noviembre:
“Alguien me dijo que el maestro Antelmo Esquinca González había escogido su seudónimo apuntando al mapamundi con los ojos cerrados. De ahí, de la punta de su dedo, había aparecido una población perdida de nombre Luzán. Otro más me comentó que Luzán era la combinación de Lucifer y Ángel.
Ninguno de los dos tenía razón, porque en realidad el seudónimo que ha utilizado el maestro Esquinca González durante toda su vida activa de periodista, surgió cuando todavía estaba en sexto año de primaria, después de haber leído un libro de Ignacio Luzán, un poeta y teórico español ya casi olvidado.”
Pluma y pasión de toda una época del periodismo en Chiapas.
A su propia biografía suma que el actual presidente estatal del PRD en Chiapas, Carlos Esquinca Cancino, es su hijo.
A Carlos, el amigo, mis más sinceras condolencias por la pérdida de su padre.
Shhhiiii… Qué no se haga ruido, qué paren las máquinas…
Silencio, jabalines…
¡estamos de luto!
Carlos César Núñez Martínez
Portafolio Político
Cuarto Poder
En eso quedamos
"Entonces... en eso quedamos", no solamente era una columna o un cierre de la misma, sino que también era el usual saludo que utilizaba el maestro Antelmo Esquinca González "Luzán", cuando se despedía de sus amigos o alumnos del medio periodístico; "Mi café", ubicado en la primera poniente norte de la Capital, era su usual lugar para saborear el riquísimo café chiapaneco que ahí se sirve.
Fueron varias las ocasiones en las que lo acompañé para escuchar su amena charla, sus consejos y sus críticas que siempre me hizo cuando algo de mis escritos no le parecían, soy privilegiado porque gocé de su estimación; incluso, aparezco en uno de sus libros.
El pasado jueves, el maestro "Luzán" se nos adelantó en el camino que todos llevamos, una vieja dolencia acabó con su vida; fue un extraordinario periodista, amigo y maestro.
Parado frente a su féretro, me vino a la memoria la figura de varios decanos del periodismo chiapanecos a los que conocí, traté y que se nos han adelantado en el camino como: Ché Luis Cancino, Carlos Ruiseñor Esquinca, Don Pancho Núñez y ahora "Luzán".
Pero también el recuerdo de Don Conrado de la Cruz Jiménez y Jorge Toledo Coutiño, quienes formaron parte muy importante del periodismo chiapaneco; aunque eran más jóvenes, pero varios de los viejos periodistas pasaron por las páginas de éste Cuarto Poder y el Diario de Chiapas.
A pesar de la amistad con el maestro "Luzán", no tenía el gusto de conocer a Luzana y a Gabriel, únicamente a mi tocayo Carlos Esquinca Cancino, les deseo a los tres una pronta resignación ante la lamentable pérdida del profesor y periodista Antelmo Esquinca González.
Angel Mario Ksheratto
Sábado 01 de diciembre del 2007
Línea Sur
José López Arévalo /
QEPD
Ayer a las 8 de la mañana dejó de existir el decano periodista Antelmo Esquinca, Luzán, quien fuera autor de la columna 'En eso quedamos...' que se hizo toda una frase entre los periodistas de su tiempo.
Luzán fue profesor en instrucción primaria, alcalde de su municipio, Jiquipililas, y tiene un par de años que dejó de escribir.
El doctor en comunicación Sarelly Martínez escribió apenas este 22 de noviembre:
“Alguien me dijo que el maestro Antelmo Esquinca González había escogido su seudónimo apuntando al mapamundi con los ojos cerrados. De ahí, de la punta de su dedo, había aparecido una población perdida de nombre Luzán. Otro más me comentó que Luzán era la combinación de Lucifer y Ángel.
Ninguno de los dos tenía razón, porque en realidad el seudónimo que ha utilizado el maestro Esquinca González durante toda su vida activa de periodista, surgió cuando todavía estaba en sexto año de primaria, después de haber leído un libro de Ignacio Luzán, un poeta y teórico español ya casi olvidado.”
Pluma y pasión de toda una época del periodismo en Chiapas.
A su propia biografía suma que el actual presidente estatal del PRD en Chiapas, Carlos Esquinca Cancino, es su hijo.
A Carlos, el amigo, mis más sinceras condolencias por la pérdida de su padre.
Shhhiiii… Qué no se haga ruido, qué paren las máquinas…
Silencio, jabalines…
¡estamos de luto!
Carlos César Núñez Martínez
Portafolio Político
Cuarto Poder
En eso quedamos
"Entonces... en eso quedamos", no solamente era una columna o un cierre de la misma, sino que también era el usual saludo que utilizaba el maestro Antelmo Esquinca González "Luzán", cuando se despedía de sus amigos o alumnos del medio periodístico; "Mi café", ubicado en la primera poniente norte de la Capital, era su usual lugar para saborear el riquísimo café chiapaneco que ahí se sirve.
Fueron varias las ocasiones en las que lo acompañé para escuchar su amena charla, sus consejos y sus críticas que siempre me hizo cuando algo de mis escritos no le parecían, soy privilegiado porque gocé de su estimación; incluso, aparezco en uno de sus libros.
El pasado jueves, el maestro "Luzán" se nos adelantó en el camino que todos llevamos, una vieja dolencia acabó con su vida; fue un extraordinario periodista, amigo y maestro.
Parado frente a su féretro, me vino a la memoria la figura de varios decanos del periodismo chiapanecos a los que conocí, traté y que se nos han adelantado en el camino como: Ché Luis Cancino, Carlos Ruiseñor Esquinca, Don Pancho Núñez y ahora "Luzán".
Pero también el recuerdo de Don Conrado de la Cruz Jiménez y Jorge Toledo Coutiño, quienes formaron parte muy importante del periodismo chiapaneco; aunque eran más jóvenes, pero varios de los viejos periodistas pasaron por las páginas de éste Cuarto Poder y el Diario de Chiapas.
A pesar de la amistad con el maestro "Luzán", no tenía el gusto de conocer a Luzana y a Gabriel, únicamente a mi tocayo Carlos Esquinca Cancino, les deseo a los tres una pronta resignación ante la lamentable pérdida del profesor y periodista Antelmo Esquinca González.
Angel Mario Ksheratto
Adiós al Maestro
CUARTO PODER
CUARTO PODER
Don Antelmo "Luzán" Esquinca fue, sin duda, un hombre que dedicó su vida entera al periodismo; una de las últimas veces que tuve ocasión de saludarlo en su cafetería favorita, ahí sobre la primera Poniente norte, cerca de la Avenida Central, estaba apurado. "Tengo qué hacer mi columna y no tengo muchos datos", me dijo mientras escribía sobre una servilleta.
Ya se le veía enfermo, pero no por eso dejó la pluma de lado. El "Maestro Luzán", como siempre le dije, siempre tuvo una respuesta certera a cada asunto que tenía en sus manos. "No aprendí otra cosa que no sea escribir, así que a mis mañas de periodista me atengo", me respondió cuando le sugerí que descansara un poco de escribir.
Y agregó contundente: "el que nació periodista, periodista se muere; no tenemos alternativa". Así era él. Así se murió. Con sus ideas y del brazo de una profesión en la que dejó huella, escuela y un anecdotario rico en buen humor y enseñanzas. Muchos aprendimos de él; de eso ni duda hay. El "Maestro Luzán" escribió para todos los periódicos de Tuxtla Gutiérrez. Y en todos dejó constancia de su trabajo. Descanse en paz.
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