EL PERIODISMO EN CHIAPAS

Este es una bitácora exclusivamente para textos relacionados con la historia del periodismo en Chiapas. Para exhibir los aciertos y desaciertos, dislates, cosas chuscas y otros detalles que reflejen la idiosincrasia del periodismo chiapaneco. Tantas cosas y situaciones que veo y leo que no quiero que se pierdan en el tiempo, quiero documentarlo y compartirlo. Advierto que para nada pretendo congratularme u ofender a persona alguna.

martes, septiembre 25, 2007

El nuevo traje del Emperador


El nuevo traje del Emperador


-Amado Avendaño Villafuerte-



Tras leer la carta que el maestro Arcadio Acevedo dirige al Gobernador Sabines en días pasados, en términos muy periodísticos le comenté vía correo que cada vez que viajo a Chiapas, más que volar mil kilómetros hacia el sureste, siento como si diera un salto cuántico al pasado, unos veinte o treinta años atrás.

Lo digo porque me consta, porque los responsables de manejar la comunicación social tienen una agenda propia y una manera de conducirse muy peculiar y muy aparte del gobernador Juan Sabines.

Una anécdota personal como muchos otros botones que guardo sobre este asunto, que dan pena ajena y que –lo digo en serio- es objeto de burla en redacciones de algunos medios nacionales, es la forma en la que la llamada Cocoso intenta con la mayor candidez operar en medios nacionales como si se tratara de los que amenaza con retirarles la publicidad si tocan con el pétalo de una rosa al señor gobernador.

Una mañana de éstas, a finales de agosto, sostuve una amena charla en la casa Lamm con el prestigiado investigador y articulista del diario Reforma Sergio Aguayo Quezada, quien además es uno de los conductores del programa Primer Plano del Canal Once, conocía y apreciaba a mi padre.

Platicamos sobre Chiapas y la democracia. Le pregunté de dónde habían salido sus críticas y las del no menos prestigiado Lorenzo Meyer al gobernador Sabines, vertidas en el programa del 13 de agosto.

El me contó que viendo periódicos aquella mañana le pareció un tema atractivo y pintoresco para comenzar el programa, el contenido de un desplegado a plana completa en cuando menos tres diarios nacionales en donde el gobernador agradecía a la esposa del presidente Calderón su apoyo para la operación de cataratas de 300 personas.

El programa del Once abrió con palabras de Aguayo diciendo: 'Primer comentario: con el costo de uno de estos desplegados hubieran podido pagar otras 300 operaciones de cataratas; si le sumamos dos o tres páginas, fácil hubieran podido beneficiar al menos a mil personas de escasos recursos'.

Eso fue lo de menos. Lo que le pareció gracioso y bochornoso a todos, por decir lo menos, es que “alguien” de comunicación social del gobierno de Chiapas llamó a Reforma (yo supongo que con el derecho que creen que tienen de influir en los contenidos editoriales por haber firmado un convenio de publicidad con ese diario) para reclamar que dos de sus columnistas habían hablado mal del gobernador, ¡pero en canal Once!

No sé si el gobernador lo sepa, como muchas otras cosas que todos estamos viendo cotidianamente y que su gente le oculta. Eso es poner en ridículo al gobernador.

Como si un diario del nivel de Reforma pudiera hacer el más mínimo asomo de reclamo a sus editorialistas y sobre todo si lo que dijeron fue en un medio distinto. Eso ya no es de la época de Patrocinio o Absalón, sino de la inquisición.

En el periódico y en el medio quedó sólo como una anécdota chistosa de un personaje pintoresco, motivo sólo de burla y chacoteo.

Para recordar: el legendario Hans Christian Andersen escribió: “una vez se presentaron dos estafadores que se hacían pasar por tejedores, asegurando que sabían tejer las más maravillosas telas… montaron un telar y simularon que trabajaban para el Emperador; pero no tenían nada. A pesar de ello, se hicieron suministrar las sedas más finas y el oro de mejor calidad… una vez “terminado” el Emperador dijo ¿Verdad que me sienta bien? - y volviose una vez más de cara al espejo, para que todos creyeran que veía el vestido…Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por incapaz en su cargo.

-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.

-¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.

Aquello inquietó al Emperador, pues sospechaba que el pueblo tenía razón; más pensó: Hay que aguantar hasta el fin. Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron sosteniendo la inexistente cola”.

Aclaración a quien corresponda (para evitarles corajes, censuras, autocensuras, reclamaciones inútiles y vueltas en balde): el señor Don Hans Christian Andersen no escribe en ningún diario, no tiene editoras a quien amenazar o reclamarle, ni hablaba español, se murió hace 132 años y no conoció a ningún gobernador de Chiapas.

Comentarios: amadoavendano@prodigy.net.mx

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