La importancia de la historia en el ejercicio periodístico
La importancia de la historia en el ejercicio periodístico
Sandra de los Santos
Sandra de los Santos
En este trabajo no pretendo contar o, aún más, explicar la historia de Chiapas; sino más bien comentar algunas ideas que me han surgido sobre la importancia del conocimiento de la historia para ejercer el periodismo, a partir del curso de historia de Chiapas que imparte el investigador Jan de Vos a un grupo de periodistas.
El periodismo permite a la sociedad manejar información común, formarse juicios a partir de ella y actuar con base en esas reflexiones, de ahí la importancia de la labor periodística.
Vicent Price consideró que el periodista es todo aquel que vigila y reporta acciones de relevancia para darlas a conocer al público. Asegura que uno de los principales retos del periodista es lograr llamar la atención en la información, para después activar a la ciudadanía.
Lo anterior significa que el periodista no es sólo un trabajador que reporta hechos noticiosos, sino que es un testigo de calidad que a través de su visión forma opiniones.
A partir de esto tenemos que considerar que el periodista no es sólo quien reporta notas aisladas, al menos no debería de ser sólo eso; es quien está registrando la historia, está dejando testimonios de los hechos de la actualidad. Los periódicos de ahora bien podrían ser en un futuro lejano un gran libro de historia escrito a muchas manos.
Los periodistas somos en cierta parte unos aprendices de historiadores, narradores del presente.
Muchos trabajadores de los medios de información desdeñan la historia, no tienen interés en entenderla como si nada tuviera que ver con su oficio diario. La historia no es necesaria para los periodistas, es básica, un artículo de primera necesidad.
Arnold Toynbee aseguraba que “no podemos pretender conocer a un ser humano sólo por lo que vemos de él en un momento determinado; lo importante es saber cómo ha llegado a saber lo que es. Y lo que sucede con los individuos, ocurre también con las naciones, civilizaciones y religiones; y para comprenderlas en su último significado, debemos compenetrarnos de su pasado histórico al igual que su presente”.
Lo mismo ocurre con el oficio de periodista, no podemos pretender conocer una noticia a fondo y, aún más, difundirla cuando no hemos entendido el pasado de esa gente que se levanta en armas, que llega a manifestarse afuera de palacio de gobierno, que toma edificios. Los movimientos sociales no iniciaron cuando empezamos a escribir en los medios. No podemos entender cómo la sociedad llegó a ser lo que es ahora, sin conocer su pasado. Es sólo conocer una parte de la noticia.
La historia se ha conocido desde la perspectiva de los gobernantes, de ellos conocemos sus palacios, algunas de sus acciones y hasta imágenes. Pero la gente común, la de a pie, los hombres y mujeres que a lo largo de todos estos años han luchado por una vida más justa, no tenemos muchos registros.
Es deber de los periodistas visualizar a esas personas en el presente, evidenciar la realidad de quienes no tienen la oportunidad de estar todos los días en los medios de información y que posiblemente en unas décadas ya nadie hable de ellos. La historia está llena de todos esos personajes anónimos que no se encuentran en ningún libro, no deberíamos eliminarlos tampoco de los periódicos. Nuestra historia como estado está marcada en muchos tiempos por el deseo de esas personas de alcanzar la justicia y la igualdad.
La historia de Chiapas se cocina aparte de la de México, no sólo porque el estado llegó tarde a la historia del país, sino también porque es una entidad que tiene características muy particulares y que a lo largo de los años, después de su anexión a México, ha vivido procesos diferentes que el resto de la República; ejemplo de ello es la Revolución Mexicana.
Esto es necesario tenerlo claro para quienes escribimos en los medios porque intentamos explicar las noticias desde el principio de que Chiapas es parte de México, y no es que no lo sea, pero el proceso del estado es diferente. Incrustamos a Chiapas en México, de la misma forma que incrustamos al Soconusco en el estado.
Cuando revisamos la historia nos da esa impresión que es cíclica, que las notas que escribimos a diario ya fueron escritas por otras manos que no fueron las nuestras, que tienen ya muchos, muchos años. Sistemas de gobierno se repiten: errores, luchas, historias de vida. Después de leer “Nuestra Raíz” de Jan de Vos y del curso que el propio autor nos ofreció, analizamos que realmente la historia se mueve en espiral, eso es más esperanzador.
Muchas comunidades avanzan, ayudan que la espiral se mueva hacia arriba, no podemos registrar los hechos como que si fueran uno solo, son muchos y hay que entenderlo así.
Tal vez los profesionales de otras áreas puedan ejercer su oficio sin entender la historia, sin conocerla a profundidad, pero los periodistas no pueden, no deberían de ejercer sin saber el pasado de esa sociedad, que cuestionan, investigan y registran.
2 Comentarios:
Me agrada la idea de que el periodista, historiador de lo cotidiano, tenga un papel central como testigo de los hechos noticiosos, pero me desilusiona cuando en la prensa lo que más predominan son los comunicados oficiales o declaraciones de funcionarios que tergiversan cualquier historia que pudiera ayudar entender ese complejo ciclico y en espiral a la que llamamos historia. De por si la historia suele ser imprecisa y confusa, pero mas todavia cuando los medios no reflejan la realidad y solo se limitan a las declaracionitis.
Saludos.
muy buen articulo, tienes muchos criterios para decir lo q dices
es muy cierto nosotros los que nos formamos para ser los peridistas del futuro debemos tener una infinidad de conocimientos, pero el historico es el mas importante.
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