EL PERIODISMO EN CHIAPAS

Este es una bitácora exclusivamente para textos relacionados con la historia del periodismo en Chiapas. Para exhibir los aciertos y desaciertos, dislates, cosas chuscas y otros detalles que reflejen la idiosincrasia del periodismo chiapaneco. Tantas cosas y situaciones que veo y leo que no quiero que se pierdan en el tiempo, quiero documentarlo y compartirlo. Advierto que para nada pretendo congratularme u ofender a persona alguna.

viernes, octubre 09, 2009

Don Beli y la libertad de expresión

Vértebra Política

Octubre 8 de 2009

Francisco Gurguha

CARRILLA ARTICULAR

“…elaborar convenios con los medios de mayor audiencia y tiraje, y con aquellos que mejores prestaciones sociales ofrezcan a sus trabajadores, es el mejor estímulo y la mejor forma de leer hoy el discurso de Belisario Domínguez, quien hace 97 años no sólo denunció a un gobierno sangriento, sino a una prensa cobarde y cómplice”, consideró hace un par de días el Doctor en Ciencias de la Comunicación, Sarelly Martínez Mendoza, en el marco del 97 aniversario del artero crimen en contra del prócer de la palabra libre… “Aquí el Estado sigue marginando al periodismo. Quien escribe bien del gobernante en turno es considerado un aliado y/o amigo; quien no lo hace, es tachado de ser enemigo del sistema”, abundó el académico... Y coincido profundamente con él… No es necesario investigarlo, basta con ver todos los días los medios de comunicación, prensa escrita, radio, televisión y hasta Internet… Pero parte de esa censura es propia, pues, nadie se ha atrevido a romper el esquema ceñido al periodista… En realidad, el castigo más severo para la prensa crítica o libre, podría ser la falta de publicidad, al menos de parte del Estado; sin embargo, otros actores como el crimen organizado forzosamente tienen ligas con el sistema y, al afectar sus intereses actúan como si fueran ajenos al mismo círculo, pero no, son los nuevos censuradores… Curiosamente, el crimen organizado proviene del Gobierno y la única diferencia es su forma de actuar… Antes, todo quedaba en la simple censura y en la falta de publicidad, hoy ya no es noticia saber que muere un periodista en manos de la cómplice delincuencia… Sólo son formas de un fondo… Como dice Sarelly Martínez, “el Artículo Séptimo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se viola en repetidas ocasiones, como también se ofende la memoria de Belisario Domínguez”, y más allá de eso... El Estado no garantiza ni la libertad de expresión, ni la seguridad de quienes se atreven a criticarlo… Todo es letra muerta… El privilegio de la mayoría no es gozar de los derechos consagrados en la Constitución, sino de las alianzas con la gente del poder, de allí surge la comodidad de autocensurarse para alcanzar “la gloria” que, muchas veces son prebendas de inmunidad e impunidad, aparte de jugosos dotes en efectivo y en especie… El 7 de octubre, como el resto de los días del año, no hubo nada qué celebrar, mucho menos el 7 de junio (fecha instituida por el Gobierno)… La primera fecha sólo nos remonta a un crimen de Estado a todas luces repudiable y, celebrarlo sería tanto como aceptar el acto cobarde… Lo dicho por Martínez Mendoza es coherente, en el sentido de honrar la memoria del valiente senador valiéndonos de su muerte como la redención de los medios… “Lo que denunció Belisario Domínguez no fue sólo a un gobierno que tenía las manos manchadas de sangre, sino a una prensa sumisa que tasaba en pesos de oro sus comentarios y que no intentaba, ni por error, decir lo que pasaba en la administración de Huerta”… ¿Se le hace coincidente con la actualidad?... Imagínese, apreciable lector, ese mordaz discurso fue emitido hace casi un siglo y aún la libertad de expresión continúa maniatada y sometida cuando el médico comiteco ofrendó su vida para quitarle la venda a quienes a boca llena se autoproclaman paladines de la libertad de expresión, claro está, en un ejercicio indebido de la palabra libre… El Artículo séptimo consagra: “Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia. Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni exigir fianza a los autores o impresores, ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene más límites que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública. En ningún caso podrá secuestrarse la imprenta como instrumento del delito”... Entonces, ¿a qué temerle?... Por ejemplo, en Chiapas, el gobernador Juan José Sabines Guerrero despenalizó el delito de difamación y calumnia en torno al ejercicio periodístico, además del ya existe derecho a no revelar las fuentes información… Esas libertades son suficientes para decirle abierta y públicamente al mandatario cuáles son los errores de su administración, dónde se presentan actos de corrupción, cuándo se da la represión y persecución de líderes sociales y de gente común que no comulga con sus ideas… Si está inscrito en la ley, ¿a qué temerle?... El valor de la libertad de expresión se consuma al momento de la determinación de hacer público cualquier hecho indignante que atente contra el pueblo y su desarrollo… Quedarse callado no sólo es ser cómplice; es como tomar un revólver y dispararse a la boca para no volver a hablar jamás…

DISCO INTERVERTEBRAL

Los periodistas en México se enfrentan a un fenómeno que sólo les deja dos opciones: el silencio o la muerte. Investigan e informan sobre las actividades del crimen organizado, como harían militares y policías, con la diferencia de que para defenderse los comunicadores cuentan únicamente con la pluma y el micrófono… Pero más grave que esa vulnerabilidad es la actitud de las autoridades federales, que ante las agresiones, los secuestros y los asesinatos parecen más interesadas en lanzar bolas de humo sobre los motivos de las desapariciones que en hallar a los culpables… Resulta que la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos Cometidos en Contra de Periodistas, órgano de la PGR encargado de investigar y resolver este fenómeno, supone que 80% de los crímenes en la materia son en realidad delitos comunes no vinculados con la profesión de las víctimas… En principio, cabe dudar de las suposiciones de una fiscalía legalmente acotada para investigar los casos, imposibilitada de tener injerencia en las investigaciones que indaga la PGR e incompetente para atraer la mayoría de los asuntos —90%— en el fuero común… Además, ¿cómo es que llega a establecer conclusiones sin pruebas que sustenten el móvil de los crímenes y sin tener a los responsables detenidos? Añádase que la enorme mayoría de las agresiones sucedieron en los lugares donde el narcotráfico, los cacicazgos y demás flagelos tienen mayor presencia. ¿O acaso es sólo casualidad? Más parece una obsesión por lavarse las manos… Después de Irak, México es el país con más agresiones contra periodistas, y lo seguirá siendo mientras el gobierno federal no asuma plenamente que sin una prensa protegida es imposible una sociedad bien informada y cohesionada en contra del crimen organizado, tal como lo exige el propio Presidente de la República… Y hasta aquí… ¡Ufff!... gurguha@hotmail.com

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