EL PERIODISMO EN CHIAPAS

Este es una bitácora exclusivamente para textos relacionados con la historia del periodismo en Chiapas. Para exhibir los aciertos y desaciertos, dislates, cosas chuscas y otros detalles que reflejen la idiosincrasia del periodismo chiapaneco. Tantas cosas y situaciones que veo y leo que no quiero que se pierdan en el tiempo, quiero documentarlo y compartirlo. Advierto que para nada pretendo congratularme u ofender a persona alguna.

domingo, mayo 31, 2009

A 5 años de la Tinta Fresca: Carrillo Caloca


El sueño de hacer periodismo y nada más…

Víctor Carrillo Caloca

Una refrescadita

Presentación de la nueva imagen de Tinta Fresca

Mayo 29, 2009

“Prefiero dejar a mis hijos en la pobreza que en la deshonra”

Francisco Zarco, periodista del silgo XIX

Hace casi 15 años tuve un sueño.

Soñé, siendo estudiante de la Universidad, que podría ser un contumaz periodista crítico y nunca linsojero.

Soñé que podría cambiar mi país con la palabra como arma, en vez de recurrir a empuñar un fusil para seguir mis ideales de juventud.

Soñé con ser un periodista que no muriera de hambre por creer en lo que escribe, en lo que piensa, en lo que hace.

***

Y empecé a hacer periodismo…

En un apretado departamento de interés social de la colonia Doctores que daba cobijo a la Redacción de Voz Pública, un semanario y programa de radio a cargo del periodista Paco Huerta, teclee mis primeras letras públicas.

Mis ganas eran extremas: hacía síntesis informativa, reporteaba para el impreso y radio, corregía estilo en día de cierre de edición… Y todo por apenas dos mil pesos mensuales.

Recuerdo que con mi primer sueldo pagué el gas de la casa de mi mamá y me compré mi primer saco para el trabajo, a la salida del metro Miguel Ángel Quevedo, el cual tenía un fallo en la tela. “Es de a 50 varos, llévelo, llévelo”, escuché y sucumbí ante tal promoción y tentación de elegancia.

***

Después Chilangolandia pateó a un contaminado hijo suyo hacia Aguascalientes, para fundar un periódico: Página 24.

El diarismo entonces me convenció de que el periodismo es mi pasión; comprobé que la sangre que corre por mis venas es tinta pura y mi piel es papel revolución.

Como Jefe de Redacción, no sólo fui responsable de hacer posible que un diario viera la luz de cada día, sino de entender, aunque sea un poco, la problemática personalidad de los que nos dedicamos al periodismo.

Más tarde, con dos tallas menos de pantalón, unas ojeras prominentes y un hartazgo de trabajo, vine a Chiapas con mi entonces compañera y empecé a ser un obrero de las letras de emergencia en La Voz del Sureste.

Mi chamba de escurrir tinta tuvo cierto impacto y un rápido reacomodo en otro diario: Cuarto Poder.

La Tinta Fresca había nacido como espacio de opinión y, no lo sabía yo aún, como proyecto de vida personal.

***

Lo que he aprendido con mi Tinta Fresca, desde el 2004 que la hago, no tiene punto de comparación: como editor, como periodista, como microempresario. Pero sobre todo, lo que me ha dado mi Tinta es la oportunidad de conocer a buenas personas (no sólo a personas a secas, sino, subrayo, a BUENAS personas como ustedes), mis amigos.

Y es que hace casi 15 años, cuando tuve un sueño, soñé que podía ser un periodista crítico y nunca linsojero.

Soñé que podría cambiar mi país con la palabra como arma, en vez de recurrir a empuñar un fusil para seguir mis ideales de juventud.

Soñé con ser un periodista que no muriera de hambre por creer en lo que escribe, en lo que piensa, en lo que hace.

Sé que ese sueño no sólo es mío sino, sobre todo, de ustedes que han formado y forman parte de la Tinta Fresca.

Les agradezco, de verdad, con toda sinceridad, con todo mi corazón, que hagan posible que mi sueño de hacer periodismo y nada más, se cumpla cada 15 días.

1 Comentarios:

A la/s 3:37 p.m., Blogger Sr. Guzman dijo...

Excelentes propósitos. Realmente se requiere el periodismo objetivo y veraz. Porque muchos se olvidan de su loable vocación y se convierten en mercenarios de la palabra hablada o escrita y viven lucrando con la noticia, no cobrando sus servicios, sino extorsionando con la información que recaban.

 

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