EL PERIODISMO EN CHIAPAS

Este es una bitácora exclusivamente para textos relacionados con la historia del periodismo en Chiapas. Para exhibir los aciertos y desaciertos, dislates, cosas chuscas y otros detalles que reflejen la idiosincrasia del periodismo chiapaneco. Tantas cosas y situaciones que veo y leo que no quiero que se pierdan en el tiempo, quiero documentarlo y compartirlo. Advierto que para nada pretendo congratularme u ofender a persona alguna.

miércoles, marzo 21, 2012

Raúl Ortega, del foto periodismo al fotodocumentalismo en Chiapas





"Quisiera seguir sorprendiéndome por mucho tiempo con la imagen y con lo que es el mundo"



El Heraldo de Chiapas

ENTREVISTA CON RAÚL ORTEGA
21 de marzo de 2012

GABRIELA G. BARRIOS GARCÍA
TOMADO DE LA WEB
www.desmesuradas.com
I PARTE





FOTOGRAFÍA: RAÚL ORTEGA / AUTORRETRATO


Se ha dicho que la fotografía es registro, pensamiento, interpretación de la realidad, por lo tanto es subjetiva, a través de ella se cuentan historias y proporciona información de gente, lugares y situaciones del diario vivir.


A lo largo de la historia han existido controversias y reflexiones en la forma de hacer fotografía y la creación de imágenes de aquellos que deciden buscar y ofrecer una visión muy particular de ver el mundo al registrar, proponer y opinar con la fotografía, no sólo como un pasatiempo o un registro personal sino de manera profesional.


¿La fotografía es sólo el arte y la técnica para obtener imágenes duraderas debidas a la acción de la luz? ¿La fotografía es sentimiento? ¿Quién está detrás de cada imagen? ¿Qué es un fotógrafo? ¿Quién es Raúl Ortega?


Raúl Ortega es un reconocido fotógrafo que vive en Chiapas desde hace más de una década y cuyo trabajo ha sido reconocido a nivel nacional e internacional, primero como reportero gráfico y actualmente como fotógrafo independiente, con proyectos a largo plazo de temática social.




SU ENCUENTRO CON...


Para Raúl Ortega, ser fotógrafo es sorprenderse y descubrir muchas cosas y vidas y la fotografía es retratar en el tiempo y espacio que le tocó vivir, es principalmente dar su opinión: "Es como decir yo pasé por aquí y vi esto. Si partimos de que la fotografía es un medio de comunicación o de expresión, es como mostrar un mundo, aunque sea el mismo mundo que retratemos, de distintas maneras. De eso que te sorprenda o que te gusta o que vas armando visualmente o imaginando y de pronto no lo encuentras. Es muy complicado, no es una ecuación matemática".


Desde muy pequeño, estudió dibujo y pintura con maestros del barrio donde vivía. Eligió la carrera de diseño. Todo ello se fusionó en su primer trabajo en el periódico Unomásuno, que era un medio de izquierda, el de avanzada, comandado por Manuel Becerra Acosta quien junto a Julio Scherer García, había roto con el Excélsior y se habían peleado con el gobierno "una serie de cosas muy interesantes y apasionantes", como él lo afirma.


Trabajó en el área administrativa, "no me llamó la atención el diseño dentro del periódico porque era sólo formar el periódico, eso no era muy atractivo para mí. Entonces comencé a voltear a otras áreas y una de ellas fue la fotografía. Me empezó a gustar y tuve la oportunidad, gracias al sindicato de aquel momento y a la empresa, de tomar clases en una escuela que se llamaba Casa de las Imágenes y ahí es donde aprendo un poco y me quedo con el gusto de haber conocido la fotografía".




¿Cuál fue tu primera fotografía?


Estudiando en Casa de las Imágenes con el profesor Carlos Morales y con una reportera gráfica famosa que trabajaba en el Unomásuno, Marta Zarak, quien fue la primera mujer fotógrafa enviada a una guerra por parte de un medio mexicano. Esa escuela era un proyecto de arte cultural en el cual estaba inmerso Antonio Turok, destacado fotógrafo en aquel momento, que había estado en Centroamérica. Estudiando ahí me dejan mis primeras imágenes y recuerdo que tomo muchas fotografías pero una de las que yo decido hacer, es decir, la tomo, revelo el rollo y la imprimo, es una foto de una iglesia al atardecer, que está por el metro Salto del Agua. No creo que sea muy buena pero fue mi primera foto (risas).


¿En qué año y con qué cámara la tomaste?


El año no me acuerdo, esto debe haber sido a los 23 o 24 años, o sea, ya mucho tiempo (risas), tengo 48 años. Y ¿con qué cámara la tomé? Dicen que con la mejor cámara del mundo, una prestada. En ese momento no tenía cámara, me la prestaron y si mal no recuerdo, fue de un reportero del periódico que se llamaba José Luis Rocha, quien me prestó una cámara vieja que él no usaba, una Canon, no me acuerdo del modelo pero eso sí, pesaba más que una computadora de ahora (risas).


¿Cómo eliges lo que vas a fotografiar y lo que no?


Es muy difícil, muy complicado responder algo así porque no lo eliges, muchas veces hasta te elige el hecho, la circunstancia, es como una pequeña suerte. Siempre buscas o intentas, en mi caso hay dos factores. Dentro del periodismo siempre buscas la noticia, estar en ciertos momentos, los más importantes, donde haya más acción o donde se dé un momento relevante a raíz de la política o algo así pero ya haciendo fotografía no tan periodística, por principio es el tema y de ahí empiezas a hacer un recorrido, entre más sabes del tema mejor podrás retratarlo, se te irán menos cosas, lo podrás documentar mejor. Una imagen me ha llevado a otra, una persona a otra, un hecho a otro y de pronto te sorprende la misma realidad. Por fortuna yo quisiera seguir sorprendiéndome por mucho tiempo con la imagen y con lo que es el mundo.


En qué género te sientes más cómodo: fotoperiodismo, retrato, paisajismo...


Mi formación, orgullosamente, fue el periodismo, muchos años lo hice con muchas ganas, con pasión y creo que lo hice así porque hubo gente que lo sabía y me lo enseñó. No me refiero nada más a fotógrafos, sino reporteros, amigos. Participar en dos periódicos de los más importantes en su momento, como el Unomásuno con Manuel Becerra Acosta y La Jornada, en la primera etapa con Carlos Payán y ahora con Carmen Lira y después, cuando salgo de La Jornada, en la revista Proceso, que para mí es también de los medios más importante en México, es un orgullo. Estar alrededor de muchísima gente que tiene ganas de hacer cosas, que ve distinto al mundo, creo que eso te ayuda. Ya hace tiempo que no hago esta foto diaria, me he tendido más hacia la foto documental y menos la noticia pero creo que lo único que ha cambiado son los tiempos que tengo para ir retratando lo que quiero o el tema que tengo o lo que puedo retratar.


¿Cuáles son los temas fundamentales en la fotografía de Raúl Ortega?


Creo que es uno, fundamentalmente, la gente. Para mí lo más importante en la fotografía son las personas y creo que en distintas facetas, la gente y la tolerancia; podría decirse que es una complicidad con ellos, con lo que retrato. Tengo muchos temas sociales y principalmente me identifico con las luchas sociales que se han dado y he podido cubrir.


Dices que hacer fotografía es una manera de vivir, de ver el mundo y a la vez de ser cómplice. ¿En México se puede vivir de ser fotógrafo?


Es muy difícil y cada vez peor. Te puedo decir para empezar, que este año tengo dos meses sin trabajar, desgraciadamente cada vez se puede menos y más cuando no te alquilas a un medio, a un sistema y esto no lo digo siquiera en un mal plan, es decir, si no trabajas en alguna institución o una empresa, es más complicado porque estás en la espera y a la caza de poder hacer, por un lado la fotografía que tú quieres y que te gusta pero por otro lado, ganar dinero para vivir. De alguna manera lo he podido llevar bien porque mis fotografías han estado expuestas en galerías y en museos, eso en algún momento me ha permitido vender imagen y vivir de la obra; en otro momento, el ser periodista te permite vender tus imágenes a razón de los intereses de los medios o de la noticia pero hay otra parte, cuando se cierra el mercado en un año de crisis o electoral, como por lo general pasa en México y tampoco perteneces a ningún lado pues te quedas sin trabajo y bueno, en un estado como Chiapas, en el que por infortunio todos dependemos del gobierno porque no hay iniciativa privada, porque se mueven pocas cosas, se complica más y es de pronto hasta desesperante. Increíblemente yo había podido vivir toda mi vida de ser fotógrafo y hoy, con un poco más de experiencia, tal vez sabiendo un poco más, cada vez puedo menos vivir como fotógrafo. Seguramente en algún momento de mi vida, ¡ojalá!, pueda hacer fotografía y algo más. Quizá me quede haciendo algo más en vez de fotografía.


¿Y qué sería ese algo más?


Es también una decisión medio complicada porque ya no sé hacer nada. Llega un momento en el que si ya tienes 25 años haciendo fotografía y crees que es lo que sabes hacer y de pronto te dicen que eso no se vende, pues te ponen en un aprieto.


¿Y no has pensado en algún momento poner un estudio?


Yo siempre he renegado de esa fotografía, no porque esté mal sino porque no me gusta hacerla; ahora, quizá acabe un poco así. No quisiera.


Quizá dar cursos.


Preferiría quizá pero qué tanto será realmente rentable. Y la otra, finalmente dejas de ser fotógrafo. Yo digo, ojalá sea algo relacionado con lo que hago y me gusta. La verdad es que se torna cada vez más complicado o igual y pones una cafetería con alguien y podrás vivir de eso y bueno quizá puedas hacer algún proyecto personal por ahí, muy de vez en cuando, pero ese tiempo que necesitas para trabajar en foto, ya no lo tendrás, será para trabajar en la cafetería o la pastelería o vendiendo tacos y ya no podrás hacer lo que te gusta. Esa es parte de la realidad.


¿Qué buscas con tu fotografía, reconstruir, rescatar o escribir la historia?


Para empezar sobrevivir (risas). Es un poco como retratar en el tiempo y espacio que te tocó vivir pero principalmente es dar tu opinión. Es como decir: yo pasé por aquí y vi esto. Si partimos de que la fotografía es un medio de comunicación o de expresión, lo que yo veo tal vez ustedes no lo vean o viceversa, es como mostrar un mundo, aunque sea al mismo mundo que retratemos, de distintas maneras. Por ejemplo, yo he sido poco religioso en mi vida y mis temas son muy religiosos, como las fiestas (indígenas) y ahora lo que estoy haciendo de la religión yoruba (en Cuba). Me llaman la atención esos temas pero los tomo hacia la tolerancia, pueden ser indígenas o afrocubanos y con todo respeto tratando de hacer lo mejor. Pero alguien que esté relativamente en contra de ello, hará otro trabajo y dirá esto es lo peor y se basará en esa ideología para hacerlo. Más bien sería una cuestión de mostrar esa parte de mundo que normalmente criticamos pero que ni siquiera conocemos, ni decir ni son mejor ni peor, son otros, son ellos, muy respetables como seguramente lo serán otros.


En tu carrera como fotógrafo, ¿qué imagen te ha conmovido?


Varias. Hay una que creo nos marca a todos, es la de la niña en Vietnam (Kim Phuc fotografiada por Nic Ut), para mí es una de las fotos que siempre recuerdo y que marca el fin de una época, que no fue la mía, pero que marca un tiempo. Hay unas fotos tremebundas de impactantes por la violencia, la guerra. Creo que también es un poco una cuestión de la edad, tiendes a ser un poco más beligerante, más duro. También la situación cambia respecto a lo que has tomado en mucho tiempo de tu vida y recuerdo más otras fotos que son menos impactantes socialmente pero más hacia la parte sentimental. No hablo del corazón, este de las telenovelas o de las publicaciones de la prensa rosa, hablo más del sentimiento. Del corazón de a de verás, de ese sentimiento humano importante que necesitamos todos para sobrevivir en la sociedad que estamos viviendo, que podría ser "El Beso" de Robert Doisneau que podrían ser también hasta un poco las fotografías de Sebastiao Salgado. Yo creo que son muchas.




SU CONCEPTO DE...


Algunas veces serio, Raúl Ortega reflexiona sobre el hacer de los fotógrafos, otras, con la sonrisa en los labios y una evidente pasión por la fotografía, dice que dentro de ésta, también hay modas como en la ropa, el arte, la pintura, etcétera, por lo que muchas veces se premian las fotos que no necesariamente son las mejores, lo que no es cuestionable es que toda foto es registro, por mala que sea, que se le considere arte dependerá de los valores estéticos, la intención, el tiempo e incluso la vejez que tenga la misma imagen, por ejemplo, una fotografía de la Revolución Mexicana pudo no ser valorada en su momento como los es hoy.




¿Qué hay detrás de cada fotografía?


¡Un poco de vida! Creo que detrás hay un poco de ti mismo y de experiencia y ojalá haya, por lo menos dentro de lo que quiero hacer, mostrar, haya un poco de lo que pienso y veo.


¿La fotografía crea fetiches, por ejemplo de las cosas y de los tiempos idos?


Sí, la fotografía tiene que ser nostálgica por antonomasia; porque finalmente estás viendo algo que ya no existe, algo que se fue. Y que también puede ser polémica porque la historia de cómo fue y la manera de ver el mundo de cada uno de nosotros es distinta y al ver esa historia, ese punto de un tiempo que ya no existe... podría haber un debate interminable.


¿Qué es la belleza para el fotógrafo Raúl Ortega?


La belleza es principalmente un sentimiento, que no pasa necesariamente por lo físico. Sería un sentimiento que te pueda llenar el pecho y que puedas transformar en algo, en lo que tú quieras, si haces fotografía, ojalá fuera en fotografía, porque creería que sí puedes ver la belleza en un movimiento social, en un hospital siquiátrico o en una fiesta de indígenas.


¿El cine ha influido en tu trabajo?


Sí, creo que en el mío y en el de todos. Estamos saturados absolutamente de medios y de imágenes por todos lados. Creo que finalmente influye querámoslo o no, para bien o para mal, a eso habría que darle una lectura y hacer un análisis.


¿El fotógrafo es un voyerista innato?


¡Sí!, gracias a Dios.


El fotógrafo Paul Graham dice que los fotógrafos, como los poetas, deben renovar su lenguaje visual, ¿tú lo has hecho?


Esas cosas como que de pronto no me gusta contestar mucho porque es difícil decir: sí, yo me renuevo cada dos años. Tendríamos que hacer un análisis de mi trabajo y ver cómo empecé, cómo fui evolucionando o involucionando realmente. Creo que sí vas cambiando; estoy seguro que no puedo fotografiar lo mismo que fotografiaba a los 25 años porque soy otra persona, a través de las experiencias que he tenido, buenas y malas, veo el mundo de otra manera a como lo veía hace días, meses o años. Creo que se fotografía distinto, eso es renovarse, que sea mejor o peor, también eso habría que valorarlo, pero sí diría que no se retrata igual a través de los años.


La fotógrafa Minnett Vari dice que las estrategias artísticas se vuelven volátiles cuando se usan como instrumento contra el olvido de la historia. ¿Tú crees que pase eso con la fotografía?, ¿se vuelve volátil?


Depende. Si pensamos que hoy las empresas que más hacen cámaras son las empresas de teléfonos celulares, podemos creer que son lo más volátil del mundo, nadie las guarda, se les echa a perder el teléfono y se pierden todas las fotos y ese fragmento de historia. Bajo esa lógica creo que sí, se vuelven volátiles pero habrá quienes tendrán mayor calidad de trabajo e intención de guardar esa fotografía, que tendrá un mayor valor, y a su vez, quien fotografíe hechos históricos, cuestiones sociales, políticas o culturales importantes, pues diría que tendrán más oportunidad de ser parte de la Historia.


¿Por qué es importante la mirada en los retratos de Raúl Ortega?


Hay hasta un cliché de decir que la mirada son los ojos del alma, yo no sé si lo sea así, lo que sí es cierto es que nos reflejan cosas; la mirada sí nos da una perspectiva de qué está pasando. Hay una foto de Marilyn Monroe, esta mujer bella, guapa, altiva, sonriente, sensual, que a mí me fascina como icono, pero que en una foto que le toma Richard Avedon, le ves la mirada y está ida del mundo en ese momento y cuando él le dice empecemos la sesión (fotográfica), hay una actuación de cómo quiere salir en la foto; creo que todos somos así pero si alguien te llega captar o tú llegas a captar a alguien en ciertos momentos denotas parte de su personalidad, que es también de alguna manera lo importante de un retrato.


Y en el proceso creativo de la fotografía ¿qué es lo más importante?


Creo que todo. Son pasos, son momentos, son lugares, son sensaciones, son sentimientos. Podría decir que en ese proceso muchas veces ni siquiera retratas, lo que pasa es que lo vives y la vivencia te hace retratar en otro momento con otra visión de las cosas. No necesariamente el proceso es fotografiar y fotografiar, es un proceso de aprendizaje, es un proceso de vivencia, es un proceso de compartir momentos y el mundo con mucha gente, unas personas con las que te toca vivir y otras con las que quieres compartir. Eso es lo que te va haciendo único en esta vida.


La representación de las escenas del pasado, ¿sirven de algo?


Sí pero creo que depende de la lectura que le demos. Diría que sí nos ayudaría hasta a no volvernos a tropezar con la misma piedra, hasta tener una conciencia de hacia dónde vamos, de no repetir errores, tener una conciencia distinta a la que tenemos, eso en el mejor de los casos. No siempre es real, creo que cada quien ve las mismas fotos con ojos distintos al igual que las obras literarias, las grandes obras cinematográficas o las grandes obras escultóricas y a todos ese proceso nos ayuda, ¿qué tanto?, creo que es personal ese proceso de crecimiento o no, de conciencia o no.


¿Aparte de la fotografía qué te produce placer?


¡Uy, muchas cosas! Creo mucho en la amistad, creo por fortuna, en la pareja, en el amor. Siempre se oye un poco raro cuando dices el amor pero hablo del amor más humano, el verdadero, éste que tiene problemas pero que al final sabes que también se puede componer o de que tienen errores los otros o tienes errores tú y al final es la voluntad y la capacidad de brincar cosas y de convivir, de equivocarse, de perdonar y de estar, lo que prevalece. Obviamente disfruto ser padre, me gusta convivir con mis hijas, realizar y compartir cosas con ellas, me gusta estar con mis amigos, me gusta mucho el cine, ir a exposiciones. Ahora que vivo lejos de mis familiares, me gusta visitarlos, estar con ellos, me causa algo muy grato. Y bueno, los placeres carnales también (risas), bueno de todo tipo, un buen vino, una buena noche, una buena velada, una buena película, un buen libro, una buena plática, un buen día de flojera absoluta o un buen día de estar muy cansado, agotado pero muy satisfecho de haber hecho una buena foto. Hay muchos placeres. Me causa todavía mucho placer el proceso de viajar para iniciar o seguir un proyecto, hay como mucha adrenalina, cuidar que no se te olvide nada. Ojalá no haya un fotógrafo al que sólo le produzca placer la fotografía.


¿La fotografía de prensa sólo retrata el lado doloroso de la vida?


¡No! Creo que la fotografía de la prensa puede mostrarlo todo, y entonces, partiendo de eso, supongo que algunas personas, no sólo en la fotografía sino también hay fotos de prensa o documentales que muestran la felicidad. Ahora, la prensa tiene una función como tal de tratar de denunciar, de decir, de mostrar a la sociedad, al poder, a la crítica y demostrar de una manera dura la realidad o la realidad que tú quieres ver.


PARA MÁS INFO VISITAR LA WEB
www.desmesuradas.com

1 Comentarios:

A la/s 2:35 a.m., Anonymous Amanda de Chiapas Turismo dijo...

el periodismo en chiapas definitivamente debe de ser plural y abierto y sin censura. Amo mi estado, definitivamente es uno estado hermosos chiapas turismo

 

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